Lo que antes solo veíamos en películas futuristas hoy forma parte de nuestra rutina diaria. Desbloqueamos el celular con un toque o una mirada, encendemos el auto con la huella dactilar, compramos productos usando la palma de la mano, y gadgets o apps reconocen nuestra voz, entre muchas otras opciones disponibles.
Estas herramientas llegaron a nuestras vidas hace algunos años y han evolucionado tanto que ahora tu celular, por ejemplo, puede reconocerte incluso con cubrebocas o lentes, pero claro, todo comenzó cuando lo configuraste. ¿Te acuerdas?
Volvamos al día que obtuviste tu celular actual, le compraste una funda de tu color favorito, probaste su cámara, descargaste tus apps favoritas y obviamente incluiste la seguridad para ingresar y lo configuraste haciéndote varias selfies.
Ahora, hablando de seguridad, en el caso de Apple, la imagen que se configura de tu rostro cuando activas Face ID no se envía a la empresa, ni iCloud. En lugar de eso, se convierte en un modelo de cifrado que se almacena únicamente en un chip especial llamado Secure Enclave que funciona proyectando miles de puntos infrarrojos sobre tu rostro para reconocerlo con precisión y así te reconoce. Algo similar ocurre en Android.
Esa misma tecnología que usamos a diario, hoy también se usa para tus trámites bancarios en línea. Sí, hablamos del reconocimiento facial, pero surge la duda, ¿para qué lo usan en los bancos?
En este blog te explicamos para qué se utiliza
¿Selfie para abrir una cuenta?
Carmen, dueña de un pequeño negocio de obsequios y arreglos en línea, decidió finalmente abrir una cuenta en una app financiera para separar sus ingresos personales de los del negocio. Le pareció genial que podía hacerlo todo desde su celular, sin hacer filas.
Pero justo cuando estaba por terminar el registro, la app le pidió algo inesperado: una selfie.
—¿Una foto? ¿Para qué quieren mi cara? —pensó ella.
Cerró la app. La dejó ahí unos días. No estaba segura de seguir el proceso.
Pero luego recordó algo: su celular lo desbloquea todos los días con su rostro. Ya había confiado en esa tecnología antes. ¿Por qué ahora le parecía raro?
Volvió a entrar. Esta vez, con más calma. Leyó que la selfie era parte de un proceso llamado KYC: “Conoce a tu cliente”, que ayuda a verificar que quien abre la cuenta realmente es quien dice ser.
No era un simple capricho ni una invasión a la privacidad. Es un filtro de seguridad que protege tanto a la app como a ella misma.
Así que tomó la selfie y listo: en minutos tenía su cuenta abierta. Sin ir al banco. Sin filas. Pero se quedó pensando: ¿a dónde va mi información?, ¿quién registra mi foto?, ¿es realmente seguro?

Mismo requisito que en el banco
Si lo piensas bien… son los mismos requisitos que en una sucursal bancaria (solo que ahí no te piden posar para la foto).
La ventaja es que en apps como LAFISE Digital, puedes hacer este proceso desde donde estés y en pocos minutos. Solo tienes que descargarla, tener a mano tu documento de identidad y hacer la selfie.
La ventaja es que en apps como LAFISE Digital, puedes hacer tu trámite bancario en línea desde donde estés y en pocos minutos. Solo tienes que descargarla, tener a mano tu documento de identidad y hacer la selfie.
La foto simplemente es para verificar tu identidad. No se usa con ningún otro propósito ni se comparte con nadie más. Es como mostrar tu cédula en la ventanilla del banco, solo que ahora la cámara es la ventanilla y tú estás en casa.
¿Y por qué es un requisito? Porque las instituciones financieras, están sujetas a leyes internacionales que buscan prevenir delitos financieros, proteger tus fondos y cuidar que nadie más abra una cuenta a tu nombre. El famoso «Conozca a su Cliente» del que hablamos anteriormente, es una medida clave para lograrlo.
Es una manera moderna, segura y confiable de confirmar que eres tú, sin complicaciones.
¿Es seguro?
La verificación de identidad con selfie reduce los casos de suplantación en más de un 90%. Literalmente, una foto tuya puede evitar que otra persona abra una cuenta a tu nombre. Es más eficaz que una contraseña o un PIN, según Jumio.
Esta empresa, especializada en verificación de identidad digital, afirma que la foto se convierte en una plantilla biométrica que se guarda en servidores seguros que aplican cifrado, tanto “en tránsito” (cuando los datos se envían) como “en reposo” (cuando ya se guardaron). Una vez realizada la comprobación, los datos “crudos” —como la selfie original— ya no se utilizan para futuras autenticaciones; solo se conserva la plantilla biométrica.
Por si las dudas…
Así que, si al final del proceso la app te pide: “Sonríe para la selfie”, no te preocupes. No es para una red social ni se va a compartir en ningún lugar. Es simplemente una forma moderna y segura de confirmar que se trata de ti.
¡Ah! Y procura hacer en un lugar iluminado, sin gorras, lentes oscuros y filtros, sigue las instrucciones y no te preocupes si te confundes porque puedes repetirla.
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